Cuando
te enfrentas al visionado de un corto no profesional siempre tienes las
dudas de si aguantarás hasta el final (y eso que es corto) por que
muchas veces lo "no profesional" raya las chapuzas grabadas
por unos colegas después de tomarse unos cuantos cubatas. Balada del
Norte es una obra maestra. Te quedas con ganas de más (maldices: ¿Por qué no es una película?) por que te quedas hipnotizado ante muchas cosas: la
fotografía es increíble, llena de detalles, de luches, sombras...todo
perfectamente definido...La música es de esas que ultimamente no hay en
Hollywood: llena de melodías... una música que terminas de visionar el corto y corres a ver quién es el autor para buscarla... los actores...esos gestos, esas alegrías, esas rabias... te hacen creerte la historia... quererlos...odiarlos...según del lado del que estés... En definitiva, un marco lleno de ingredientes bien
cultivados para saborearlos una y otra vez descubriendo en cada
visionado nuevos matices que te harán disfrutar durante unos minutos. Esperamos pronto un nuevo cuadro dentro de este museo. Gracias.
c) Manuel Lemos
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